Revista Temas de Derecho Constitucional

271 I. INTRODUCCIÓN Históricamente, Colombia y Venezuela han tenido una relación o cooperación mutua marcada por un tránsito relativamente sencillo entre los dos países. Debido a la historia de disturbios políticos y conflictos armados en Colombia, el país fue durante mucho tiempo el origen de salida de migrantes en lugar de un destino final para los mismos. Sin embargo, debido a la represión bajo el régimen del Presidente Maduro y la recesión económica impredecible en Venezuela, más inmigrantes del vecino país han cruzado recientemente la frontera hacia Colombia en tránsito hacia el sur del continente o buscando oportunidades en este país. Según Migración Colombia (2017), se reporta que 470,000 venezolanos residen en el país y este número no representa los miles más que transitan temporalmente por Colombia cada año o que permanecen en el país indocumentados. Las migraciones masivas sin precedentes plantean desafíos particularmente complejos para los sistemas de salud en los países de ingresos bajos y medianos. Las crisis migratorias no solo plantean riesgos epidemiológicos, sino que también amenazan el financiamiento y la cobertura de salud para toda la población. Los países deben diseñar mecanismos de contribución para un nuevo grupo de personas en una situación de extrema vulnerabilidad, cuyas situaciones legales aún no están definidas o que no pueden obtener un empleo legal. El sistema también necesita determinar el tipo de atención y cobertura que ofrecerá a los migrantes mientras continúa sirviendo a sus propios ciudadanos y cumpliendo con sus obligaciones internacionales. Durante las últimas décadas, la migración internacional forzada ha empeorado debido a diversas causas, incluidos los conflictos armados, los regímenes opresivos, las crisis de salud, la escasez de alimentos y la pobreza extrema. Durante el período 2000-2017, el número total de migrantes internacionales aumentó un 49% de 173 millones a 258 millones de personas. (Naciones Unidas, Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, División de Población [DESA], 2017). La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que hay 258 millones de migrantes internacionales y 763 millones de personas desplazadas en todo el mundo. El 86% de estas poblaciones desplazadas son reubicadas dentro de países en desarrollo (OMS, 2019). Además, las Naciones Unidas (ONU) estiman que 10 millones de personas en todo el mundo son apátridas o carecen de nacionalidad y, por lo tanto, no pueden acceder a servicios básicos como educación, empleo o atención médica (UN DESA, 2017). Según el Ministro de Salud de Colombia, Juan Pablo Uribe Restrepo (2019), en 2018 el sistema de salud brindó atención médica a más de 200,000 venezolanos. La mayoría de los gobiernos ofrecen a los migrantes atención de emergencia e intervenciones básicas de salud pública, como vacunas o atención materna. A medida que la situación

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