Revista Temas de Derecho Constitucional

274 Revista Temas de Derecho Constitucional mento Sanitario Internacional, Marco de preparación para la influenza pandémica) que mejoran la seguridad en salud; sistemas de salud más fuertes y resistentes; innovación y eficiencia como respuesta a restricciones financieras; abordar los determinantes económicos, sociales y ambientales; y respuestas multisectoriales que consideran la salud como el resultado de todas las políticas públicas.” Si bien CSU establece objetivos claros en términos de acceso a atención médica y a financiamiento, los sistemas de salud son libres de priorizar las intervenciones de ac- uerdo con las necesidades de las comunidades a las que sirven. Las organizaciones de sociedad civil también juegan un papel crucial en la comunicación con los tomadores de decisiones locales y nacionales y en la determinación de las agendas locales de sa- lud. La pregunta entonces es cómo medir el progreso y evaluar el rendimiento de un sistema a la luz de CSU. Los gobiernos pueden rastrear los indicadores relacionados con la mortalidad materna o las enfermedades cardiovasculares, pero el progreso en los indicadores nacionales generalmente toma años o décadas para reflejarse en datos. Los Ministerios de Salud también pueden rastrear los esfuerzos y resultados realizados en el frente de financiamiento, incluidos los gastos de atención médica en relación con el PIB o el número de personas cubiertas por el sistema público de salud. Los países podrían aplicar el estándar AAAQ del derecho a la salud para medir el progre- so hacia la cobertura universal en salud: Accesibilidad, disponibilidad, aceptabilidad local y calidad (AAAQ) (Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos [ACNUDH], 2000). Los sistemas de salud que cumplen con el están- dar AAAQ proporcionan servicios e información asequibles e inclusivos (Accesibilidad), instalaciones, bienes y servicios públicos de salud que funcionan (Disponibilidad) que son sensibles a la cultura y al género (aceptabilidad). Estos sistemas brindan dichos servicios con el apoyo de trabajadores comunitarios de salud capacitados y profesio- nales en instalaciones adecuadas (calidad). La definición de CSU de la OMS contiene tres objetivos específicos: Equidad en el uso del servicio, calidad suficiente y protección financiera. La equidad se define como la distribución efectiva de recursos de calidad para que todos puedan usarlos independ- ientemente de su nivel de ingresos (Kutzin et al., 2013). Además, la transparencia y la rendición de cuentas son una parte importante del aspecto de protección financiera de la CSU. Se deben asignar recursos para maximizar el impacto y proteger a tantas personas como sea posible. Las métricas de CSU también deben tener en cuenta lo que se esconde debajo de los promedios. La cobertura generalizada puede ocultar fácil- mente formas menos evidentes de exclusión y desigualdades que impiden el acceso a la atención médica para los más vulnerables (Rodney y Hill, 2014). El objetivo financiero de CSU no es sólo aprovechar recursos adicionales para el siste- ma de salud o aumentar los gastos de salud per cápita. Este aspecto de la cobertura universal de salud requiere un análisis en profundidad del sistema de salud y el presu- puesto, entendiendo sus brechas y eliminando las ineficiencias en la fuerza laboral y los modelos de prestación de servicios. Según la OMS (n.d.), “incluso con bajos niveles de gasto en salud, los sistemas de salud pueden mejorar la forma en que se agrupan y gastan los fondos para aprovechar al máximo los recursos limitados y garantizar una buena relación calidad-precio.” Esto, sin embargo, no se puede lograr sin un monitoreo

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